miércoles, abril 02, 2014

Japón, ¿Un nuevo amanecer?


Tras un 2013 de notables éxitos bursátiles en Japón, las dudas este año han reaparecido. La dificultad actual estriba en valorar el éxito de los planes diseñados por el gobierno de Shinzo Abe y si el mercado bursátil recogerá estas expectativas con nuevas alzas o se mantiene la incertidumbre actual.

Por el momento se observan señales de recuperación del consumo y mejora del empleo, se recupera el PIB, la inflación y los beneficios empresariales, pero se deteriora la balanza comercial, especialmente afectada por los precios de la energía, y la fuerte depreciación de su moneda no ha venido acompañada de un claro repunte de las exportaciones, en un entorno de crecimiento global más débil.

Por otro lado, se están reduciendo los ingresos reales de los empleados, ya que no están acompañando a la subida de los precios. El salario real está en mínimos de hace 20 años y esto no permite romper la mentalidad de los consumidores japoneses.

Otro factor de riesgo es que la inflación, hasta ahora artificial, ha sido creada por un estímulo monetario sin precedentes. La masa monetaria se ha incrementado el doble, generando un problema de deuda, que se acerca al 250% de su PIB. Esta deuda la compran mayoritariamente los japoneses en un 85%, especialmente a través del ahorro de sus ciudadanos en fondos de pensiones. En mínimos históricos sus bonos a diez años, en torno al 0,60%, y gastando ya un 22% de su presupuesto en el pago de intereses, es una auténtica incógnita como afrontar esto a largo plazo.

A priori, y dada la alta duración del conjunto de la deuda, actualmente en torno a los 7 años, permitiría afrontar el elevado nivel de su deuda con mayor comodidad si los planes van cumpliendo las expectativas del gobierno, especialmente en cuanto al crecimiento nominal, evidentemente siempre que vayan creciendo también los ingresos fiscales y se siga reduciendo el gasto público.

Población, ¿problema?

En todo caso, potencialmente están creando un problema de gran envergadura. La pirámide de población, con un más del 20% de su población con más de sesenta y cinco años y las proyecciones apuntan a más de un 25% en 2030, genera una peligrosa proporción de habitantes dependientes con respecto a la fuerza laboral, especialmente en lo relativo al impacto en el gasto gubernamental.  Es relevante que la esperanza de vida sea de las más altas de la OCDE y con la menor tasa de natalidad y que ya se venden más pañales para adultos que para bebés.

¿Cómo van a pagar esta deuda y soportar el gasto social de una población envejecida, un grupo tan reducido de personas en edad de trabajar? 

Es una situación que genera desequilibrios difíciles de gestionar y preocupan a los inversores, por lo que se espera que el gobierno avance notablemente en otras medidas capaces de mejorar esta situación, ligadas a reformas estructurales y estímulos fiscales. Los más optimistas consideran que estas medidas pudieran ser de mayor calado de lo esperado por los inversores.

Son las reformas estructurales, especialmente, las que tienen que llegar con más celeridad, aprovechando el fuerte apoyo del parlamento que ostenta el partido en el poder. Tienen que concretarse avances en acuerdos comerciales, aumentar la participación de las mujeres en el mercado laboral, abrir Japón al turismo, priorizar la liberalización del mercado eléctrico, recortes en la fiscalidad empresarial y nuevas medidas en el mercado laboral, entre otras.

En abril, el tipo impositivo de las sociedades se reducirá en 2.4 puntos porcentuales y se esperan incentivos fiscales para alentar la inversión de capital, la investigación e innovación y los aumentos salariales. Por otro lado, subirá el IVA en el próximo mes de abril del 5% al 8% y se esperan subidas del 8% al 10% en septiembre de 2015. La experiencia de subidas de impuestos en el pasado, fue de vuelta a la recesión. ¿Por qué ahora será diferente? La subida de impuestos podría desincentivar la demanda interna y reducir las expectativas de inflación.

En todo caso, actualmente solo un 8,5% de los activos financieros del país están invertidos en renta variable, pero ante la pérdida del valor real de sus patrimonios, se observa una tendencia a incrementar las posiciones en activos de riesgo. Japón es un mercado con más de 1.700 empresas cotizadas. Esto facilita la inversión a través de fondos de inversión no anclados a un benchmarck, con gestión activa y realizando un análisis bottom-up. es el caso de productos como el Aberdeen Global Japanese Smaller Companies Fund o el BlackRock Japan Flexible Equity Fund.

Especialmente relevante pudiera ser la oportunidad en los valores de pequeña y mediana capitalización, con un menor seguimiento, que pudieran estar ligados al sector industrial, al consumo interno y sectores con potencial, como el de la salud, comercio on-line, eficiencia energética, etc.

Es difícil creer que la transformación de un gigante como Japón, tercera economía del mundo, pudiera realizarse en tan corto plazo, pero las perspectivas de mejoras a medio y largo plazo pudieran facilitar la introducción de acciones japonesas de forma paulatina por parte de los inversores globales, tras más de 20 años alejados de la eterna apuesta.

Las dudas siempre estarán ahí, sobre todo de los gestores con más canas, pero la bolsa japonesa pudiera presentarse como una mejor oportunidad que en otros tiempos. Quizás tengamos un nuevo amanecer, por lo que conviene estar bien atentos a su evolución.

Rafael Romero, Director de Inversiones en Unicorp Patrimonio (Banca Privada Unicaja)

Twitter: @negoestratega

Este artículo se ha publicado en la revista mensual editada por Funds People de Abril 2014

El artículo se presenta únicamente con fines informativos e ilustrativos y no debe interpretarse en ningún caso como una oferta de venta o recomendación de inversión.




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