¿Qué proceso ha generado tan absoluto cambio en el ánimo de los inversores? . . . porque hemos pasado de la ambición más absurda que hacía olvidar todo tipo de riesgos inherentes a las inversiones en los mercados, al pánico más absoluto a algo que no sea un activo financiero emitido por el Estado.
En mi opinión esta crisis no es económica, sino una crisis de "confianza" que ha generado una elevación a niveles absolutamente extraordinarios del grado de aversión al riesgo. Esta crisis de confianza, genera una crisis de liquidez al impedirse un normal desarrollo de los mercados interbancarios (mercado donde los bancos se prestan entre ellos) y una traslación a todo tipo de mercados, siendo los más perjudicados los de renta fija corporativa (crédito) y los mercados de renta variable.
Una crisis de confianza es peligroso, porque los mercados se mueven por expectativas futuras, por la confianza que el escenario sea benigno a futuro, pero también si el escenario tiene buenas bases fundamentales tal como es el actual, una crisis es algo que se puede arreglar con medidas como las que se están tomando, adicionándolo con posibles recortes de tipos de interés (o paralizar las subidas) y con un poco de tiempo. El tiempo solo corre a favor de los inversores de medio y largo plazo.
No obstante, los riesgos están encima de la mesa. Evidentemente, una situación de crisis de confianza, si dura más de lo debido, paraliza las inversiones, tanto productivas, inmobiliarias, financieras, etc., lo que puede producir una fuerte desaceleración económica. Además está por ver los efectos en las cuentas de resultados de los bancos y compañías de seguros, el impacto en las operaciones corporativas, en la refinanciación de préstamos de grandes entidades, etc.
Una crisis de confianza es peligroso, porque los mercados se mueven por expectativas futuras, por la confianza que el escenario sea benigno a futuro, pero también si el escenario tiene buenas bases fundamentales tal como es el actual, una crisis es algo que se puede arreglar con medidas como las que se están tomando, adicionándolo con posibles recortes de tipos de interés (o paralizar las subidas) y con un poco de tiempo. El tiempo solo corre a favor de los inversores de medio y largo plazo.
No obstante, los riesgos están encima de la mesa. Evidentemente, una situación de crisis de confianza, si dura más de lo debido, paraliza las inversiones, tanto productivas, inmobiliarias, financieras, etc., lo que puede producir una fuerte desaceleración económica. Además está por ver los efectos en las cuentas de resultados de los bancos y compañías de seguros, el impacto en las operaciones corporativas, en la refinanciación de préstamos de grandes entidades, etc.
Creo que los movimientos convulsivos de venta y salida desproporcionada de inversores apalancados, así como movimientos de fuertes coberturas ya ha acabado y que con probabilidad se valorará a partir de ahora mucho más los datos macroeconómicos y los resultados empresariales, pero es evidente que la situación actual no invita a tomar posiciones en los mercados considerando que muchos inversores han perdido la rentabilidad que llevaban acumulada.
Por lo anterior, solo los más agresivos deben de ir aprovechando las caídas para ir incrementando su posición de cara a un posicionamiento a largo plazo.
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