Pues ha tenido muy mala suerte, porque se ha acabado la época dorada de liquidez inmensa para compras de empresas con fuerte apalancamiento financiero.
El apalancamiento financiero permite que la mayor parte del precio que ofrece el Capital Riesgo para comprar empresas sea financiado por bonos o préstamos con la garantía de los activos de la comprada, así como su capacidad de generar flujos positivos en el futuro para hacerle frente.
Pero esta financiación es arriesgada y en este momento nadie quiere riesgos, por lo que los fondos de capital riesgo ya están viéndose afectados por la crisis desatada en los mercados interbancarios y de crédito.
Pero esta financiación es arriesgada y en este momento nadie quiere riesgos, por lo que los fondos de capital riesgo ya están viéndose afectados por la crisis desatada en los mercados interbancarios y de crédito.
El problema radica en la mayor cautela de los bancos para financiar operaciones con mayor riesgo, lo que unido a un más que probable menor porcentaje de financiación y a mayor coste, la rentabilidad esperada para los inversores en fondos de capital riesgo se reducirá notablemente.
Para equilibrar las cuentas, las valoraciones de las compañías objetivos de compra tenderán a bajar notablemente o las operaciones no serán viables.
Los primeros perjudicados con bastante probabilidad serán los accionistas de Iberia, al darse a conocer que con probabilidad la oferta de compra del fondo de capital riesgo Texas Pacific Group se verá reducida debido a estos motivos: incertidumbre sobre la financiación a obtener y mayores costes.
Resumiendo, que si usted estaba barajando vender su empresa a los fondos de capital riesgo y valoraba que le pagarían unos maravillos múltiplos de diez o doce veces su resultado bruto de explotación (el famoso Ebitda), pues ahora le llegarán con una sustancial rebaja, si es que llegan a hacerle la oferta.
En todo caso, tras la tormenta llegará la calma...
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