viernes, octubre 31, 2008

Las personas en procesos de cambio


“…no hay nada más difícil de emprender, más peligroso de llevar a cabo y con menos garantías de éxito, que tomar la iniciativa en la introducción de un nuevo orden de cosas, porque la innovación tiene como enemigos a todos aquéllos que se beneficiaron de las condiciones antiguas. La gente teme y desconfía de la persona que promueve el cambio y no cree en nuevas ideas hasta que no tiene una larga experiencia con ellas” (Maquiavelo).

Si hemos tenido la oportunidad de iniciar un proceso de cambio en nuestras empresas, habremos comprobado que nos puede ser más o menos fácil plantear una nueva estrategia, pero el ponerlo en práctica nos es mucho más difícil. Además de la complejidad del proceso de implantación y seguimiento de la estrategia, no se suele analizar el posible comportamiento de las personas de la organización en este proceso de transformación, y éste es un factor clave. Solemos olvidar que si las personas no cambian, la organización no cambia.

El cambio en la empresa implica a las personas

Un proceso de cambio, implica una experiencia muy intensa en las personas de la organización. Abre interrogantes, incertidumbres e inseguridades. El cambio suele generar resistencias, por lo que debemos pensar algo más en términos de sentimientos y emociones, prestando atención a las reacciones que se provocan, porque esta reacción de las personas siempre es subjetiva y el impacto en cada persona depende de la percepción que cada cual hace de los hechos.

Un cambio que produzca una situación más insegura pero que ofrece más oportunidades, puede ser percibido negativamente por parte de una persona que estima sobre todo la seguridad. Pero ese mismo cambio para otra más abierta a nuevos retos, a la novedad, con más ambición, puede parecerle un reto realmente estimulante.

Adicionalmente, la velocidad con que se desencadena el cambio también contribuye a la respuesta emocional de las personas. Para unos, un cambio determinado puede resultar demasiado lento, mientras que para otros parecerá muy rápido.

Para gestionar mejor esta situación, cualquier proceso de cambio debería comenzar por una invitación a las personas a participar en él, más que enviar un imperativo para involucrarse o abandonar. Al hacer esta invitación, podríamos neutralizar una natural resistencia psicológica.

También es muy importante contar con un liderazgo directivo con capacidad de comunicar correctamente la estrategia de cambio, esforzándose porque las personas comprendan las dificultades de la situación actual, asuman los nuevos comportamientos que se esperan de ellos, y se impliquen en la transformación.

Otro aspecto clave es el buscar un fuerte compromiso de las personas de la organización en este proceso de cambio. El compromiso lo podemos alcanzar reconociendo a las personas de la organización como únicos protagonistas en el proceso, comunicando que los necesitamos para alcanzar el éxito y generando entusiasmo con alcanzar las metas.

¿Es posible cambiar el comportamiento de las personas?

Es difícil, quizás costoso, pero no imposible. Las iniciativas de cambio en la organización deben tener en cuenta las resistencias de las personas al cambio. Probablemente será la parte más compleja de implantar en el proceso, pero debemos de esforzarnos en configurar un escenario que facilite el cambio de las personas en la organización, porque el cambio, la adaptación al nuevo entorno, nos permitirá sobrevivir como empresas.

1 comentario:

Feliz dijo...

"El cambio suele generar resistencias, por lo que debemos pensar algo más en términos de sentimientos y emociones"
Muy buena esta frase y muy importante tenerlo en cuenta a la hora de hacer cambios en empresas y metodos de trabajo, enhorabuena por el post!