domingo, diciembre 13, 2015

La connotación positiva del riesgo

Cuando conversas con un cliente sobre un plan de inversiones, muy a menudo su mayor inquietud es la posibilidad de encontrarse con pérdidas si está incorporando activos de riesgo.
Es una situación normal. La naturaleza de las personas les lleva a tener aversión al riesgo, es decir, en general prefieren no tomar riesgos, frente a asumirlos.
Aunque un asesor financiero, en materia de riesgos de un producto o cartera, se centre en que el cliente pueda entender las pérdidas potenciales, también debe esforzarse en explicar la connotación positiva del riesgo, porque el riesgo viene ligado a la oportunidad.
Ningún problema nos llegará si no tomamos riesgos, pero si no lo tomamos, no ocurrirá nada.
La potencialidad de pérdidas viene asociada a la volatilidad de una cartera, pero como medida de variabilidad sobre un valor medio, igual que pudiera comportarse negativamente, pudiera hacerlo positivamente: necesitamos la volatilidad asociada al riesgo para poder hacer crecer el valor de una cartera a medio plazo.  
Las pérdidas llegan cuando el riesgo se encuentra con la adversidad, cuando algo va mal y el mercado le pone un precio a la baja; pero es posible que las pérdidas no lleguen o se puedan superar en un horizonte temporal adecuado a su perfil, y el haber asumido más riesgo, te pudiera permitir generar un mayor retorno.
Por otro lado, hay que entender que existen numerosos factores de riesgo en una cartera, y no suelen comportarse de forma similar al mismo tiempo, por lo que unos factores de riesgo pudieran ser positivos para una clase de activos y negativo para otros. Por ejemplo un sorprendente elevado crecimiento económico pudiera ser una situación positiva para activos de renta variable, y negativa para activos de renta fija. 
El dilema sobre el riesgo de una cartera es la de entender que el tener riesgo en una cartera de inversión, por sí mismo, no es negativo, ya que las pérdidas puede que no lleguen y el haber asumido más riesgo, especialmente si está diversificado inteligentemente entre diversos factores de riesgo,  pudiera ofrecer un mejor retorno con respecto al riesgo asumido.
Este artículo se publicó inicialmente en mi blog de la web Funds People
Rafael Romero es Director de Inversiones en Unicorp Patrimonio SV y Profesor de Asesoramiento y Planificación Financiera y Fondos de Inversión en el Máster de Asesoramiento Financiero de ESESA

sábado, noviembre 14, 2015

El Chef de tu Banca Privada

A veces pienso que un chef tiene un rol similar a un CIO (Director de Inversiones). Un chef es aquel que tiene un conocimiento extenso y experiencia en cocina, encargándose especialmente de crear e innovar platos que sus cocineros reproducirán. El chef tiene que saber sobre productos, costes, nutrición, enología, entre otros, y debe ser capaz de liderar y coordinar a un equipo de especialistas, que permita ofrecer buenos resultados.
Un CIO va más allá que un gestor (al que podríamos considerar un cocinero). Un CIO es más global, más completo, se relaciona con la alta dirección, con gestores, analistas, con clientes, con equipos de riesgos, sistemas de información y ventas, medios de comunicación, etc. y tiene que saber de productos, de economía, de riesgos, de estrategia, de geopolítica, de legislación y marketing, entre otras, porque son muchos los inputs que hay que seguir para construir menús-carteras y saber venderlos convenientemente.
El chef/CIO es capaz de usar su creatividad, instinto y experiencia para innovar y mejorar de forma constante sus menús/carteras, de aprender día a día, de extraer el mayor talento de su equipo de especialistas y acompañar al liderazgo de su compañía como colaborador necesario para disfrutar de una relación satisfactoria con sus clientes.
El chef/CIO debe conocer con exactitud los aportes nutricionales, carencias y posibles combinaciones de los productos disponibles, para seleccionar y mezclarlos en su justa medida cuando construye sus carteras. Debe vigilar sus sabores y presentaciones y tiene que ser consciente de tener platos que permitan buenas digestiones cuando los mercados están mal, y otros que posibiliten la energía suficiente para desarrollar largas carreras.
También debe salir de la cocina/despacho y saludar de vez en cuando a sus clientes finales, de preguntarles si les sienta bien el menú y están a gusto con su carta. En definitiva, debe ir afinando entre las necesidades de su entidad y sus clientes, porque no puede creer que su combinación siempre será la más óptima.
Debe estar preparado para las críticas y momentos de adulación. De las primeras solo cabe enseñar qué técnicas utiliza, su visión y qué resultados espera a corto y medio plazo, aprender, revisar y rectificar si es necesario, pero más pronto que tarde. En sus manos pende parte del prestigio y el posible fracaso de la entidad.
De los halagos ante los éxitos, mejor solo agradecer con humildad, a sabiendas de que para mantener el listón de la cocina bien alto, no debe bajar la guardia en ningún momento. En un entorno de mercados aleatorio, los éxitos de hoy pueden ser considerados un fracaso mañana.
Creo que la figura de un verdadero chef/CIO frente a un cualificado cocinero/gestor, en el panorama actual de la banca privada y gestión de activos, es crítica para el negocio, con un importante papel que jugar ante la transformación y adaptación de los modelos de negocio actuales.

Las opiniones expresadas son responsabilidad única y exclusiva del autor, y no representan la posición de la entidad en la que presta servicios.

jueves, julio 09, 2015

Preocupa Grecia, pero China también


¿No les parece a ustedes un poco de “locos” el comportamiento reciente de los mercados? Con las bolsas unos días con grandes caídas, luego recuperaciones, los bonos igual son el enemigo de una cartera como a los pocos días se compran como salvavidas. En fin, esto es lo que hay. Un mundo financiero cada vez más influenciable y volátil. Así que tendrán que superar estos baches emocionales si quieren tener un retorno mayor que lo ofrecido por un depósito bancario.

Veamos hoy. Ayer jornada de tensión y nervios en Estados Unidos, con la bolsa de Nueva York cerrada tres horas por un fallo informático. No es muy normal, la verdad y genero especulaciones sobre quizás había habido un ataque informático (les aseguro que estoy cada vez más preocupado de estos asuntos). Coincidió que el mismo día había fallos técnicos informáticos también en United Airlines (que tuvo paralizados todos sus vuelos durante varias horas) y hasta el mismo The Wall Street Journal… En fin, nervios y cierres negativos. Con el S&P de -1.7% y Dow Jones de -1.50%.

Luego llegó el cierre asiático en positivo, recuperando HongKong más de un 3% y ligeras subidas en Japón, tras las grandes pérdidas del día anterior. En las bolsas europeas nos levantamos hoy con mucho optimismos. Quizás los inversores  parecen posicionarse para un buen resultado de las ¿penúltimas? negociaciones en Grecia o definitivamente están ignorando lo que pasa allí. Positivos, pero con cautela aparente.

Oía ayer decir que desde Grecia parecía sonar bien la música, ahora había que ver la letra de la canción, tras la petición griega de un nuevo préstamo bajo un programa de rescate a tres años, en el que aparentemente atendería pasar algunas líneas rojas (pensiones, impuestos, etc.) y dejaría para otras negociaciones más adelante la negociación de reestructurar la deuda actual.

Suena bien, pero ya no nos fiamos mucho. De hecho si van a firmar estas condiciones  en unos días, ¿por qué no lo hizo antes?. ¿Tendría aval el gobierno griego de supuestamente claudicar ante las demandas de sus socios tras un referéndum con una oferta similar y claramente ganado por el no? Dificil, muy difícil. En todo caso pronto lo sabremos. Creo sinceramente que es la última oportunidad antes de desencadenarse la salida de Grecia del Euro, una situación que llevaría a crear un nuevo dracma que podría valer aproximadamente la mitad de un euro, lo que implicará una pérdida inmediata de la calidad de vida de toda la población.

En todo caso, tomen nota del calendario de los próximos días. Hoy debería de llegar la letra final desde Grecia, se estudiará hasta el sábado que se reúne el Eurogrupo y habría Cumbre de Jefes de Gobierno el domingo. Si les ha gustado todo, darían el visto bueno para se inicien negociaciones de una nueva asistencia financiera, pero ojo, tendrían que ser validadas por los parlamentos nacionales, incluyendo el griego. Esto no sería fácil. En todo caso, los griegos tendrían la posibilidad de conseguir un crédito puente que le permitiera no inclumplir la deuda que le vence el próximo 20 de julio con el BCE. Esperemos que esta no sea una nueva estratagema para volver a ganar tiempo, salvar el match del 20 de julio y luego no firmen. Si es así, la situación podría empeorar bastante.

Dejando a un lado a los griegos, desde hace unas semanas los inversores empiezan a prestar atención a lo que pasa en China. Aunque el mercado parece haber rebotado esta noche, la bolsa de Hong Kong cerró ayer con un 6% de caída, así como las bolsas local de Shanghai, que además hizo  mínimos de cuatro meses y tras caer un 34% desde máximos. Esta noche rebotó por que se encontraba en zona de soportes a nivel “técnico”, y la enorme presión de las autoridades chinas con medidas extraordinarias que buscan darle soporte.

Juzguen ustedes. Para parar la caída, China lleva un par de semanas tomando decisiones complicadas de mantener en el tiempo:  desde bajar tipos de interés, reducir el coeficiente de caja de la banca hasta prohibir a los principales accionistas (inversores con participaciones superiores al 5%), ejecutivos de empresas, etc. la venta de participaciones en sociedades cotizadas durante seis meses. Ha ordenado a las instituciones de propiedad del gobierno no solo mantener sus acciones, sino aumentar sus participaciones.

Pero la situación no parece invitar a estar tranquilo.  Más de la mitad de las 2.800 empresas que cotizan en las dos bolsas más locales,  Shanghai y Shenzhen han suspendido la cotización de sus títulos, sea de forma voluntaria para evitar mayores pérdidas o porque el valor de sus acciones ha caído el máximo permitido por el regulador bursátil chino por jornada: un 10%. Esta es una situación de pánico que puede durar.

Quizás se alivie temporalmente la situación, pero no podemos olvidar que estos dos mercados locales de renta variable chino sumados son el segundo mayor mercado del mundo tras el americano, y eso que el trading está limitado a ciudadanos chinos.  Si el segundo mayor mercado pierde en un mes un tercio de su valor pues habrá que reflexionar sobre ello. Este es el gráfico de la bolsa de Shanghai este año:

¿Creen que ya ha caído bastante? Pues pónganlo en perspectiva. Ahora veamos un gráfico con más temporalidad. ¿Las bolsas chinas pueden caer más?



¿Arrastrará ese movimiento al resto de bolsas asiáticas? ¿A Japón, que por cierto ayer cayó aproximadamente un 3%, aunque hoy ha cerrado con ligeras alzas? Sobre las  bolsas locales en China existen teorías que hablan desde hace tiempo de una auténtica burbuja, con inversores que se financian con deuda para operar en bolsa y esto acelera los movimientos al alza o a la baja. Además los inversores se veían acompañados por grandes estímulos monetarios desde el gobierno, reformas estructurales, cambios de asignación de inversión desde inmobiliario a bolsa, posibilidad de apalancarse para hacer trading, muchas salidas a bolsa, etc.

Permítanme añadir una foto para ver qué puede estar pasando en la bolsa China. Todos se han lanzado a ganar dinero en la bolsa. Esto no es muy sostenible:











Desde luego el gráfico responde a un patrón de burbuja…




Y ya sabemos que cuando empieza un movimiento correctivo, puede irse mucho más allá. El gobierno chino está intentando sostenerlo, pero las medidas extraordinarias no son las medidas adecuadas para darle sostenibilidad, solo paran un poco la sangría. Por estos motivos, pudiera ser sano este movimiento a la baja. Los analistas de la zona parecen plantear que se empiezan a ver precios razonables y una macroeconomía que permite apostar por China al menos en medio y largo plazo, pero la  economía está en proceso de cierta desaceleración y claros riesgos financieros.

Aunque algunos expertos pretenden olvidarse de la correlación positiva que suele tener la situación de las bolsas y la economía real, aunque sea en términos de generación de confianza o desconfianza y por tanto de factor de decisiones de inversión y gasto, lo obvio es pensar que si continúan estas correcciones en China acabará  desestabilizando la situación económica del país, y puede ser un obstáculo para cumplir el objetivo de crecimiento del 7% para este año.

Mi reflexión va por pensar que la crisis en los mercados chinos,  genera desconfianza no solo en China sino en el resto de Asia, y puede frenar el crecimiento en la región, que la situación de Grecia y Rusia lo hará en Europa, y unido a otros factores que no están tan visibles, pueden minorarse las buenas perspectivas de la economía mundial. Van a frenar el crecimiento esperado y por tanto, los resultados empresariales futuros. También frenarán las subidas de tipos de interés en EEUU, y veremos bajadas en otros lugares del mundo.

Hace unos días el propio FMI ya rebajó el crecimiento esperado de EEUU para 2015, del 3,1% al 2.5% este año y del 3.1% al 3.0% para 2016, pidiendo cautela a la Reserva Federal con respecto al inicio de subidas de tipos de interés. La situación no invita a que el principal mercado del mundo vire su política monetaria en un momento convulso.

El comportamiento en mínimos de los precios del petróleo (China consume el 10% del total mundial), el carbón (China supone el 50% del consumo), cobre (39% del total),  niquel (en mínimos desde 2009)…  invitan a pensar que cuando dejemos de lado a Grecia, nos encontraremos con un escenario algo distinto en el mundo.

Seguiremos vigilando estas principales variables. Por el momento, mantengan posiciones principalmente en Europa, pero con precaución. En emergentes mejor a través de fondos globales, para diversificar mejor.