Tras pasar el ecuador de 2014
y entrando en periodo estival, nos obliga a reflexionar y valorar en qué punto
nos encontramos con respecto a los riesgos y oportunidades de los mercados, de
cara a plantear una estrategia de inversión tanto a corto como a medio y largo
plazo.
En general, este año todas
las clases de activos han ofrecido ganancias, con muchos mercados de renta
variable haciendo máximos, especialmente apalancados en unas mejores
perspectivas económicas y políticas monetarias enormemente expansivas, que
obligan a los inversores a tomar riesgo si no quieren perder valor real de su
patrimonio (incluyendo el efecto inflación). Aquí podemos ver la evolución de
las bolsas, con una perspectiva histórica en las distintas zonas geográficas
mundiales:
Pero la renta fija, que
parecía mostrar síntomas de no ofrecer muchas oportunidades al cierre de 2013,
ha tenido también excepcionales resultados, especialmente en España, Italia y
mercados emergentes:
Ahora, tras estos movimientos
y cerrado el segundo trimestre, estamos viviendo un incremento de la
volatilidad del mercado. Creemos que estábamos en un periodo de tan reducida
volatilidad que había motivos para empezar a preocuparse, ya que esas
situaciones son un síntoma de “exceso de complacencia” y de olvido de los
riesgos que seguimos teniendo encima de la mesa:
- salida de los estímulos monetarios en EEUU
- el crecimiento en emergentes, especialmente en China
- la valoración de las nuevas políticas para reactivar el crecimiento en Japón
- la sostenibilidad de las cuentas de los gobiernos periféricos europeos
- el posible paso del BCE a nuevas medidas de estímulos
- el posible proceso de deflación en Europa
- el escaso crecimiento en Francia y Alemania
- la escasez de crédito a empresas y familias en Europa
- el mantenimiento de tasas positivas de crecimiento de los beneficios empresariales, especialmente en Europa y EEUU
- los riesgos geopolíticos latentes: Ucrania, Siria, Gaza y otros menores pero importantes, como los cambios de gobiernos en muchos países emergentes.
La lectura es clara, ahora
vemos el vaso medio lleno, en un estado emocional de optimismo que nos lleva a
minusvalorar los datos negativos y sobrevalorar los positivos; y esto se podía
observar en el comportamiento excepcionalmente poco volátil de la mayoría de
los activos, especialmente de las bolsas. Se puede medir por los índices VIX
(volatilidad implícita de las opciones sobre el S&P) y otros similares.
Nadie parece aprovechar la oportunidad para cubrir su cartera de posibles
tormentas o tsunamis financieros.
Estamos todos subidos en
nuestra tabla encima de una ola (en la tendencia alcista) que puede llevarnos
hasta la orilla, todavía lejos, pero que por el camino nos puede tirar y
revolcar. ¿Seremos capaces de levantarnos y esperar a la siguiente ola para
seguir avanzando?
Los movimientos actuales,
tras el escándalo de Gowex, del Banco Espirito Santo, etc no parece que se
alejen de la normalidad del comportamiento de las bolsas. Ayer todo el mundo
compraba como locos y hoy venden lo que compraron. ¿La diferencia? Pues que
EEUU ha avanzado en su plan de sanciones a Rusia. También en la UE los Estados
abren la puerta a un mayor bloqueo al pedir a la Comisión Europea que reevalúe
la cooperación con Rusia con la idea de “suspender la aplicación de acuerdos
bilaterales y programas de cooperación regional”.
Discúlpenme, estas son
excusas que sirven para rellenar artículos como éste que explican a toro pasado
el porqué del movimiento. Hoy el mercado cae por Rusia, mañana será por
otra cosa, y pasado subirá porque hay unos buenos resultados de alguna gran
compañía, una buena operación corporativa o sencillamente habíamos caído mucho
y rebota en la línea de soporte tal que con el impulso rompe la directriz
bajista X, y a la vez se cruza la media móvil de x sesiones y los indicadores
estocásticos tal y tal se han puesto alcistas. En fin, siempre tendremos algún
detonante para obligar a los inversores que ya tienen en su cabeza cierto
posicionamiento y tienen su forma de seguir el mercado (por análisis fundamental
o técnico), a tomar la decisión. Unos decidirán comprar y otros para vender.
Unos comprarán para el medio plazo y otros para vender al mínimo rebote. Este,
simplemente, es el mecanismo del mercado.
¿No han podido leer estos
días la enorme ambigüedad en los mensajes de los bancos centrales? Puede que
pase esto, o quizás lo otro… pero el mensaje final es que ellos están ahí para
proteger que si la ola te tira de la tabla, no salgas muy dañado si tomas algo
de riesgo. Esto es cuestión de creérselo o no. Nosotros por el momento les
creemos.
Por tanto, los bancos
centrales están ahí. Eso se llama una Put (una opción de vender, que la uso o
no a mi conveniencia). Una put gratis para tomar riesgos. El problema radica en
que no sabes qué vencimiento tiene esa put y cuanto realmente vale (para ver
cuanto te puede proteger). Los bancos centrales ven que se están montando
burbujas en los activos financieros, esperando que se traslade a la economía
real. Si explota la burbuja, nos llevaría a una gran pérdida de confianza y no
permitirían que la economía real avance al ritmo que necesitamos para absorber
el enorme esfuerzo de los gobiernos en forma de deuda.
Esto es muy complicado si
tienes que pensar qué va a hacer hoy o mañana el mercado. A mí me llaman muchas
veces y me preguntan qué valores comprar o cuales vender. En estas últimas
semanas, mayoritariamente, casi todas las preguntas van encaminadas a qué
comprar o cuando será el mejor momento de comprar, porque tienen liquidez. Esto
es un sesgo especialmente optimista y eso me hace ser algo más prudente, pero
mientras haya liquidez esperando a comprar, los mercados tienen apoyo,
especialmente las bolsas, pero también la renta fija, porque para la parte más
conservadora de las carteras necesitas activos de renta fija, porque en algún
sitio tendré que poner el dinero. Preferible que me de muy poco a que no me de
nada o que pierda.
Entonces, ¿qué hacer con
respecto a las bolsas? Creemos que la clave son los resultados
empresariales. Los últimos conocidos desde Estados Unidos, parecen ir
acompañando en positivo. Todavía quedan muchísimas compañías por ofrecer sus
resultados. Creemos que podríamos ver recortes adicionales, pero al día de hoy
estamos convencidos (salvo algún nuevo cisne negro que hoy no intuimos) que serán
aprovechados por muchos inversores para comprar, porque acumulan liquidez desde
hace tiempo en busca de mejores precios. Creemos que todavía en una perspectiva
de medio plazo, las bolsas plantean una mejor opción de rentabilidad-riesgo.
¿Y la renta fija? no
vemos riesgos a corto plazo. No debería de comportarse mal aunque simplemente
no va a ofrecer grandes retornos a partir de ahora, pero ya no hay recorrido
adicional de bajada de tires o reducción de las primas de riesgo. Sí que
conviene recordar que muchos inversores han acumulado mucha cartera en el
segmento del high yield. Si la situación se tensa, sería la más damnificada,
más que en bonos emergentes.
En todo caso y en líneas
generales, conviene asimilar rentabilidades más pobres en las distintas
clases de activos para el resto del año, y por supuesto un incremento de la
volatilidad del mercado.
Una cartera con activos de distintas clases de
activos, a través de fondos de inversión flexibles y no especialmente
volátiles, pueden ser la clave para no tener los nervios demasiado tensionados
en los próximos meses. La put de los bancos centrales nos ofrece cierta
seguridad, una especie de airbag, pero aunque te salve la vida, algo de daño te
puede hacer. Si llevas también el cinturón de seguridad, mucho mejor.
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