Hoy me han publicado un artículo en Funds People que ha resultado
finalista en su concurso del pasado mes de junio, organizado junto a EFPA.
En el artículo que dejo aquí, propongo un novedoso y sencillo símil para hacer que los
clientes de Bancas Privadas, sobre todo los que también son empresarios, se interesen por mejorar
su cultura financiera. La clave no es otra que hacerles comprender que las
diferencias entre gestionar un negocio y gestionar un patrimonio no son tantas
y que muchas de las reglas que sirven para uno sirven para el otro.
"GOBERNANDO EL PATRIMONIO FINANCIERO"
Los
constantes cambios en la legislación sobre el ahorro y la inversión, el
acceso a multitud de información, la gran oferta de productos y servicios
financieros, o los recientes casos de malas prácticas, entre otros, deberían de
estar provocando en nuestros clientes un mayor interés en mejorar su
educación financiera.
Pero
estas situaciones parecen ahondar más en cierto alejamiento y falta de
confianza en el sector financiero, que en despertar un verdadero interés por
conocer y manejar las claves de la gestión de su patrimonio financiero
personal. Quizás la perspectiva de que necesitarían aprender muchos aspectos
técnicos, se visualiza como un reto tan difícil que limita la simple iniciación
del conocimiento de los aspectos más básicos, que podrían ser suficientes para
no perder el control de sus finanzas personales.
A clientes empresarios les explico que la gestión de su
patrimonio financiero debería de visualizarlo como la de un negocio, y les
invito a “gobernarlo” como Presidente de su propia compañía. Desde
esa perspectiva, su tarea de gobierno debe tener la iniciativa de no ceder a
terceras personas los aspectos claves de dicho gobierno. ¿Cuáles son esas
claves? Como en cualquier empresa, la estrategia, la visión del futuro y la
selección de las personas al que delegar el día a día, así como los principios
y valores que regirán su funcionamiento.
El
propietario de un patrimonio financiero debería contar con el criterio
suficiente para implicarse, de forma general, en la planificación y
diseño de la estrategia de la gestión de sus ahorros e inversión, y saber
seleccionar al equipo al que ceder la implantación de dicha estrategia, su
“banquero-gestor”.
Gobernar, significa
que también deberá negociar y establecer objetivos
realistas, definir qué espera y qué riesgos puede asumir en un
periodo prudencial, así como controlar su cumplimiento en comités de
seguimiento periódicos con su banquero, similares a las reuniones mensuales de
un Consejo de Administración.
A
partir de ahí, como Presidente de su patrimonio, debe dejar el día a día de los
mercados y su gestión. El Presidente debe ser capaz de ver y dominar su
empresa, conocer su situación y perspectivas, mantener la visión de
fondo, pero desde un poco lejos, sin que le afecte la incertidumbre del negocio
y las turbulencias del entorno.
Si
nuestros clientes acaban entendiendo que la gestión de su patrimonio les obliga
a pilotar su gobernanza, sentirán la necesidad de entender los principales
conceptos que le permitan presidir su propio Consejo de Administración con más
confianza, sintiéndose más responsables de la gestión y resultados, y
seleccionando con mejor criterio a su gestor.
A veces
los clientes gestionan su propio negocio como Presidente y Director General,
porque se sienten los mayores expertos de su empresa, y esperan poder
replicarlo con el mismo éxito en la gestión de su patrimonio financiero. Cuando
lo intentan, consiguen normalmente pobres resultados o poco consistentes,
al no saber escuchar lo que los “empleados, clientes y proveedores” tienen que
decirle respecto a lo que tiene que mejorar.
Nuestros clientes gobernarán mejor, si entienden los riesgos y
oportunidades de las principales clases de activos,
definimos un sencillo modelo de seguimiento de resultados y riesgos, y
explicamos los principios de liquidez y diversificación. Un poco de esfuerzo
mutuo, de cliente y entidad, serviría para mejorar su satisfacción,
convirtiéndose en nuestra mejor inversión como banqueros.
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