Parece evidente que se ha terminado la calma en los mercados tras un
verano que no se vivía tan estable desde hace cinco años. La creciente
inestabilidad geopolítica en la zona de Oriente Medio, marcada por la seria
amenaza de un nuevo conflicto en la zona, esta vez en Siria, ha sido la guinda
a la incertidumbre añadida por el riesgo en Europa vinculado a Grecia y las
próximas elecciones en Alemania, así como las dudas macroeconómicas futuras
marcadas por el posible fin de estímulos monetarios desde Estados Unidos, que
está azotando a todos los mercados de bonos y divisas, especialmente las
emergentes.
Por otro lado, la
creciente tensión en una zona donde se ubica la mayor parte de las reservas
mundiales de crudo, nos ha recordado viejas preocupaciones. Una subida del
precio del petróleo, que ya ha subido un 15% desde principios de junio, siempre
tiene un impacto en la economía global. Se calcula que por cada subida del 10%
del precio, se reduce un 0.25% el crecimiento mundial en los dos años
siguientes y eleva la inflación un 0,3% en la Eurozona y un 0.4% en EEUU en el
año en curso. En España por cada 10 Euros de subida o bajada del precio del
barril, la factura aumenta o disminuye en 6.000 millones de euros. El año
pasado gastamos 34.000 millones € en petróleo y derivados. Si el precio se va
hacia la zona de 150 dólares (dejo gráfico), zona que vimos en el 2008, supondría un gasto
adicional de unos 17.000 Millones. No es un asunto baladí.
Si finalmente se
produce un ataque de Estados Unidos con apoyo de otros países (Inglaterra,
Francia, Turquía…), la mirada deberá estar más fija en su duración y su posible
expansión a otros países. No es lo mismo unos cuantos lanzamientos de misiles durante unos
días, como parece que podría comenzar, en un aviso al régimen sirio de que abandone
y negocie una salida, que iniciar una operación militar más larga y profunda,
con uso intensivo de aviones que multiplicaría los riesgos en una zona muy
conflictiva, con Líbano e Israel, en la frontera con Siria, y muy cerca de
Irán, que han amenazado con “graves consecuencias” si se inicia el ataque
(aunque no se esperan represalias militares).
Parece que la voluntad de Obama es una campaña relámpago, similar
a la intervención en Libia en 2011, pero no parece fácil una ofensiva similar
en Siria. Así mismo, un aspecto controvertido es que no se cuenta, por el
momento, con el respaldo de Naciones Unidas, y tenemos a Rusia y China
exigiendo la vía diplomática como única posibilidad para lograr la solución del
conflicto, lo que limita la posibilidad de alcanzarlo. El no tener legitimidad
internacional es un asunto que puede generar un aumento de la tensión política
entre las grandes potencias mundiales.
En fin, aunque inicialmente apuesto por
una situación transitoria, la situación de debilidad en los mercados puede
mantenerse e incrementarse la volatilidad, porque el dinero, per se, es
miedoso ante la incertidumbre. Pero el movimiento de las últimas semanas de
reducción notable de los niveles de riesgo, podría irse frenando, y quedar a la
espera de nuevos acontecimientos, lo que no es óbice para que el goteo bajista
continúe, pero de menor intensidad.
Si finalmente no se produce en septiembre el inicio de la salida de los planes de
estímulo monetario en Estados Unidos, máxime si se inician los ataques a Siria,
y las elecciones en Alemania posiblemente ganadas por Merkel permiten políticas
menos austeras en Europa, podríamos tener cierto periodo de estabilización, que
finalmente serían el estímulo necesario y esperado para la llegada de los
inversores bursátiles con más liquidez en sus carteras de lo acostumbrado, y
con perspectivas pobres de rentabilidad en otros activos.
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